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Manuel Acedo Sucre nació en Caracas en 1958. Se graduó de abogado en la Universidad Central de Venezuela y obtuvo títulos de maestría y de especialización en la Escuela de Derecho de la Universidad de Harvard, y de maestría en la Escuela Fletcher de Derecho y Diplomacia de la Universidad de Tufts. Ha sido profesor universitario y actualmente ejerce como abogado en la ciudad de Caracas. En 2012 fue publicada su primera novela, "Nosotros todos"; en 2014 se publica su segunda novela, "La misa", y en 2016, su tercera novela, "La otra cara". Email: manuel.acedo@gmail.com Twitter: @acedosucre

jueves, 4 de abril de 2013

Miguel Ángel Hurtado escribe sobre "Nosotros todos" en el Papel Literario de El Nacional

Papel Literario, El Nacional, 31/3/13
Cuando el nosotros se impone
Miguel Ángel Hurtado
El libro de Manuel Acedo Sucre Nosotros todos coloca al lector frente al espejo del tiempo que corre. Sus protagonistas encarnan algunos arquetipos del venezolano de hoy, arropados con el manto de la ficción
Entender un país pasa no sólo por el ejercicio de conjugarlo en pasado, presente y futuro, sino también por hacerlo con sus personas, las verbales: yo, tú, él, nosotros. El libro de Manuel Acedo Sucre Nosotros todos da cuenta, a través de la ficción, del entramado social que nos toca vivir en esta época, de las personas que componen el tablero de nuestro juego común.
La figura de Bolívar es el epicentro temático. El país es recreado tal como lo conocemos ahora: el discurso que exalta la figura mítica del héroe, la visión y torsión de la historia a conveniencia, la nueva logia de negociantes con el Estado, la necesidad de figurar ante la cabeza del poder y todas esas conexiones que se extienden como ramas infinitas de un mal árbol.
Una supuesta carta de Bolívar dirigida al Mariscal Sucre es encontrada en el equipaje de José Ignacio Rentería, que en adelante será “Yo el Banquero”, un hombre venido a menos luego de estar en la cumbre del poder financiero mundial y a quien le ha tocado regresar a Venezuela y conocer el monstruo desde adentro. Tal hallazgo desencadena los hechos que dan forma a la trama y hace el enlace con el resto de los personajes principales: “Tú la Pendeja”, “Él el Operador” y “Nosotros Todos”. A cada uno de ellos los une y desune la carta. Son relaciones que se fragmentan tanto por asuntos éticos como económicos, donde lo ideológico se acerca más a una excusa.
El lector comienza a entrar en la espiral de la vorágine política local, que se identifica en las escenas cotidianas que conoce todo venezolano; el ingrediente que lo saca de contexto es la aparición de esa carta, cuyo contenido podría cambiar el curso de la historia del país.
Pero las tres primeras personas –yo, tú, él– son abrumadas por el nosotros, que encarna el arquetipo de un colectivo acomodaticio, polimorfo, ávido de figuración, lujos y dinero fácil y rápido; así se justifica el propio personaje: “El dilema es si se quiere pertenecer al grandísimo ‘NOSOTROS’, que con brío o a regañadientes rema en el sentido de la Revolución, o si se quiere ser un lindo e individual yo, o un tú, o un él, o un ustedes o un ellos, esperando el zarpazo de los depredadores”.
El autor no asoma una intención moralizante ni aleccionadora, pretende más bien dibujar el contorno de lo que parece ser una nueva –o tal vez repotenciada– forma de ser de una parte de la sociedad, de ese venezolano que orbita alrededor del poder y muta cada vez que sea necesario en su afán por escalar posiciones.
Es un libro de lectura ágil y escrito con un lenguaje coloquial que lo acerca a la actualidad, además la atinada interconexión de sus subtramas, anima a avanzar en el recorrido de las páginas sin detenerse.
Por otra parte, el final plantea una interesante reflexión acerca del valor (como sinónimo de coraje) del venezolano de estos tiempos y sobre el narcisismo en el ejercicio del poder, aspectos que generan, por lo menos, algunas interrogantes y sitúan al lector frente a la pantalla de la historia que corre cada día.